lunes, 13 de junio de 2016

En México, la TV ante todo

He tenido el gran privilegio de estar en varias entregas mano a mano en el país. Inevitablemente acostumbro a observar mi alrededor; el contexto en el que las personas que requieren ayuda viven diariamente y la situación de la comunidad después del desastre. Me he encontrado con casas sin puerta, sin cama y mucho menos muebles. Hogares sin drenaje, con agua contaminada, sin piso. Personas que visten sin zapatos, con ropa sucia, que tienen problemas de salud y caries en todos sus dientes. Grandes familias con desnutrición u obesidad y adolescentes teniendo hijos. Sufrimiento ante el frío extremo, las fuertes lluvias, la falta de alimento, la marginación y la pobreza.

Es muy triste ver la calidad de vida en la que muchos de nuestros hermanos se encuentran. Pero finalmente mi punto es que, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, me he percatado que nunca hace falta una televisión en la mayoría de las casas. En la quinta fachada se encuentra en alto una gran antena azul "Ve TV" que refleja a una cultura aficionada al entretenimiento, a la televisión. Me causa conflicto saber que grandes cadenas televisivas como Televisa y TV Azteca tengan el control de la atención de casi todos los mexicanos y que sean tan poco enriquecedores en educación, historia, cultura y sobre todo en principios y valores. Considero un error para México que las mujeres sigan como ejemplo las telenovelas o que los padres de familias fantaseen sus vidas con programas de concursos y premios. Gran parte de las programaciones constan de discutir chismes, de sentir lástima por los demás o de temas sin sentido y sin importancia. 

Espero que algún día México le dé más importancia a la educación que a pagar la televisión, a la convivencia familiar que a ver un programa en familia y que comprenda que disfrutar de nuestro maravilloso país no necesariamente es a través de la TV. Estoy segura que salir adelante y luchar por una mejor vida no comienza con nosotros sentados detrás de una pantalla.

Escrito por Lyann Jafif Nahmias

No hay comentarios.:

Publicar un comentario