Me tardé
años en descubrir la mentira con la que crecí y con la que a todos nos criaron.
El lunes comienza a las 12:00 de la noche después del último minuto del
domingo, eso nos enseñaron. Estamos acostumbrados a llamar "un día
nuevo" después de despertarnos en la mañana, pero nadie nos dijo que
realmente los días comienzan en la noche.
¿A qué
hora comienzan entonces los días? Eso no es importante, es muy personal y
depende de la rutina de cada quien. Para mí por ejemplo, mis días terminan
cuando estoy cenando con mi Mamá. Justo después de pararme de la mesa es cuando
mi día comienza porque me preparo para "el día siguiente" (que
realmente sería la mañana de ese mismo día nuevo). Ahí es donde olvido lo que
logré o en lo que fracasé el día anterior, porque me esfuerzo en que el día
nuevo sea aún mejor que el día anterior.
Entonces
lavo mis trastes, empaco todo mi lunch, preparo mi ropa, mis pants para hacer
ejercicio, escribo unas cuantas reflexiones del día anterior y así me
concientizo de mi propósito de ese nuevo día, me relajo, medito y finalmente me
duermo. Con la promesa de que ese día sea igual de excitante que el anterior,
me prometo estar agotada para dormir satisfecha, consciente de que un día nuevo
está lleno de oportunidades para crecer un poco más, para dar un paso más y
aumentar una gota más de conocimiento y superación.
Los días
comienzan en la noche cuando estás consciente de que el cielo cambió el Sol por
la Luna, cuando preparas tu chip para dormir ya sea con ganas o sin
ganas, con preocupación o tranquilidad. Y cuando despiertas y se supone que
"comienzas tu día", realmente lo único que estás haciendo es comenzar
a ejecutar todo lo planeado antes de dormir.
Escrito
por Lyann Jafif Nahmias